Pienso que no se puede defender, lo indefendible; por lo siguiente:
1.- El hecho de instrumentar un "impuesto de control", es muestra clara de que el impuesto al que "controla" (ISR en este caso), es un impuesto imperfecto e incapaz de cumplir su cometido per se, ya que de serlo, ninguna necesidad habría de inventar este tipo de impuestos "de control", que no es otra cosa, sino una extensión del impuesto al que "controla", ciertamente, bajo otra denominación.
Porque si nuestras autoridades estaban conscientes de las deficiencias y debilidades (léase huecos) en la regulación del ISR; no habría sido más conveniente hacer las enmiendas, correcciones y adecuaciones pertinentes, en vez de salir con esta barbaridad de impuesto de "control".
Insisto; el solo hecho de llamarlo eufemísticamente impuesto de "control", habla de un sistema regulatorio deficiente, deficiencia, que con barbaridades como esta se hacen aún mayores.
Pensemos; que pasará cuando este impuesto de "control" se vuelva incapaz de cumplir su función, a como lo vemos hoy, nuestras autoridades se sacaran de la manga otra puntada como estas, a fin de remendar, lo ya remendado.
¡Vaya! forma de complicar la existencia.
No habría sido mejor corregir el problema de raíz?. Es decir, tomar lo mejor de la LISR, adecuar los puntos buenos de la LIETU y así implementar un impuesto único, digo, eso hubiera sido lo más, lógico, sensato e inteligente, esto, dado que hoy por hoy, al calcular por un lado ISR y por el otro un IETU estamos invirtiendo el doble de tiempo, mismo, que bien podríamos utilizar para otros fines.
Creo que sería mejor que nuestras autoridades, se pongan a trabajar, en vez de salir con estas barbaridades, que en nada ayudan a mejorar el sistema recaudatorio sino por el contrario desincentivan y desalientan el cumplimiento por parte de los contribuyentes, lo que se ha hecho evidente con el reciente anuncio de la caida en los ingresos públicos.
2.- La máxima constitucional que hace referencia a que las contribuciones se destinarán para cubrir los "gastos públicos", no es del toda cierta, esto, si consideramos que una tercera parte de dichos ingresos están destinados para mantener todo el aparato burrocrático, el cual, es el origen y la causa de las contribuciones.
En un principio, el aparato burocrático estaba conformado principalmente por la milicia, a la cual habia que mantener en todos los ordenes. Para ello, se instrumentó la hacienda púlica, instrumento que se utilizó para allegarse de los recursos necesarios para ello.
En fechas recientes; y para que que los contribuyentes no sientan tan feo, se estableció (en la letra), que esas contribuciones se destinarían para el gasto público, lo que no se aclaró es que ese gasto público, sería en su mayor parte para mantener a empleados públicos, huevones, ineficientes, y groresos. A Funcionarios con altiiiiiiiiiiiiisimas percepciones y que muchas veces como lo hemos visto, no conforme con ello, toman (roban) más de lo que les corresponde.
Este rollo; no es sino para comentar, que el hecho de que nuestras autoridades se empecinen tanto por exprimir a los contribuyentes, no es tanto porque estén preocupados por recaudar lo suficiente a fin de satisfacer las necesidades de la sociedad, tal y como lo reza la constitución, no!. Su empecinamiento, su voracidad, no es, sino para garantizar esa vida de privilegios que nuestras contribuciones les representan...
Visto desde esta otra óptica, el impuesto de "control", si cumplió con sus cometidos, ya que por un lado representa más ingresos para el erario público lo que le garantiza a nuestros "representantes" una mayor cantidad repartible (no entre la sociedad, sino entre nuestros mal llamados "servidores") y por el otro, nos mantienen lo suficientemente ocupados calculándolo, para no advertir precisamente todas sus tracalerías.
Realmente, quien sirve a quien?. Según se ve, nosotros a ellos, y no ellos a nosotros como debería de ser, si tomamos en cuenta que son servidores públicos, que viven (y muy bien), con el dinero que todos aportamos.
3.- Para redondear lo mencionado en los puntos 1 y 2; recientemente se reconoció lo siguiente: A) Baja de los ingresos públicos, lo cual más que deberse a la recesión, al brote de la influenza (que también fué otra vacilada), se debe en gran medida, al desconcierto de los contribuyentes.

Que se prevé la creación de nuevos impuestos.
Si, leyeron bien, nuevos impuestos:
Carstens dijo a la cadena Radio Fórmula: "Vamos a tener que recurrir a algunos impuestos adicionales sobre todo para reponer la caída de los ingresos..."
En la rueda de prensa, Carstens dijo que el Gobierno buscará incrementar los ingresos tributarios del país a través de una reforma fiscal, cuya propuesta se presentará en el paquete económico para 2010. Señaló que aún no se definen las medidas específicas que se incluirán en la propuesta de reforma fiscal que el Ejecutivo propondrá al Congreso de la Unión.
Las variables de las que se dispone para sanar las finanzas públicas, básicamente son; Ingresos (tributarios y petroleros) y Gasto Público.
Pienso que la solución, no es incrementar los ingresos mediante la creación de nuevos impuestos, ya que esto será a costa de los contribuyentes.
La solución, es por el otro extremo, es decir, racionalizar el gasto público, no el social (que también lo hay no lo niego), sino el burrocratico.
Pensemos, si se dejara de erogar en tanto empleado y funcionario público improductivo, cuando recurso no se ahorraria la Nación, ahorro que sin lugar a dudas, ayudaría a sanar las finanzas públicas y por ende, no se tendría que echar mano de nuevos impuestos.
Pero como a nuestros funcionarios publicos les gustan las salidas facil, prefieren, en vez de recortar el gasto conforme a lo comentado, no, mejor incrementar los impuestos, salida fácil que es el cuento de nunca acabar y que ha mantenido a la Nación en este circulo vicioso, en el que en vez de racionalizar el gasto, asfixian más a los contribuyentes.
La solución, no es aumentar los impuestos, sino hacer más eficiente el gasto mediante la reducción de la plantilla burocrática; esto, traería aparejado además, que los funcionarios y empleados públicos que se quedarán se volverían más eficientes, pues al tener presentes la escasez de plazas, se verían obligados desarrollar sus funciones de una manera más eficiente, en resumen, un servicio de calidad. Cosa impensable hoy en día, pero bajo el esquema planteado sería un beneficio adicional.
Si la variable de los ingresos ya no se puede modificar (dado la enorme carga fiscal/administrativa actual), la solución es eficientar el gasto público; pienso que esto es lo que realmente deben hacer nuestras autoridades, en vez de salir con artilugios como el del IETU, cuya implementación solo se dió en aras de seguir preservando los privilegios de nuestros "representantes".
Por estas razones, pienso que el IETU, es indefendible.